MEMORIA
En base a un análisis diagnóstico y levantamiento detallado, este proyecto rescató una antigua casa originalmente construida en 1961 por el arquitecto Horst Baumann, luego del maremoto de 1960, y que tras casi 60 años de uso y deterioro había quedado prácticamente abandonada. La idea era darle una nueva vida, recuperar el valor de sus maderas y su volumetría, abrirse a las vistas, pero conservar los detalles de diseño del arquitecto original, y ciertas particularidades sureñas como la chimenea y el porche.
En consecuencia, la vetusta construcción tradicional se desarmó hasta su base y se reconstruyó su estructura, manteniendo inalteradas sus medidas y proporciones, rescatando aquellas nobles maderas nativas que eran reutilizables. Se renovaron las terminaciones interiores para dar realce a la madera de lenga y roble raspando las viejas pinturas, y se le incorporaron todas las nuevas tecnologías de aislamiento térmico y eficiencia energética.
Interiormente los espacios se reorganizaron de manera fluida y abierta, eliminando tabiques y buhardillas desaprovechadas, para darle más aire y maximizar su uso social. La casa se abrió a las vistas del maravilloso paisaje del estuario de Queule, a la que originalmente estaba cerrada, lo que generó un cambio total en la habitabilidad interior.
La restauración incorporó ciertas ampliaciones funcionalmente imprescindibles en la actualidad (más baños, estacionamiento, quincho), y materialidades nobles y durables como tejado de pizarra, tinglados de roble, y piedra de la cantera local.
La estrategia apuntó a darle una segunda vida a esta sencilla obra ya de 60 años, renovarla en su estética y proyectarla con decisión hacia el futuro, logrando así una continuidad sostenible en el tiempo, al asegurarle a lo menos otros 60 años frente al mar.